EL PURÍN COMO ALTERNATIVA DE MATERIA ORGÁNICA
Del manejo del estiércol del ganado resultan dos productos que también se utilizan en el campo. El primero es el purín que como materia orgánica está constituido por los orines que fluyen de los alojamientos del ganado o los líquidos que escurren del montón de estiércol, recogidos en una fosa convenientemente situada. El otro es el “lissier”, que es una mezcla de deyecciones sólidas y líquidas del ganado, recogidas y diluidas con agua.
Sin embargo, de manera coloquial, a lo que no es estiércol sólido como tal se le designa como “purín”; y a éste, según la cantidad de agua incorporada se le denomina:
- Estiércol fluido. Cuando tiene del 14 al 18% de materia seca.
- Estiércol líquido. Cuando tiene del 20 al 30% de agua y del 9 a 12% de materia seca.
- Estiércol diluido. Cuando tiene un 50% de agua.
Otros residuos que pueden considerarse como “purín”, son los lixiviados provenientes de todos los procesos de manipulación de residuos de explotaciones agrícolas, que deben recogerse y manipularse de la misma manera, estos son ricos en sustancias nutritivas y ácidos fúlvicos muy inestables.
Tanto uno como otro son productos muy fermentables y de composición heterogénea, ya que dependen de las mismas características que se consideraron previamente para el estiércol. En líneas generales, en estos productos de la explotación agrícola y ganadera se encuentran:
- Materias sólidas minerales
- Tierra mezclada
- Materia sólida orgánica
- Materias disueltas
- Sales solubles
- Urea y amoníaco
- Metales pesados
- Antibióticos
- Hormonas
- Desinfectantes
- Insecticidas
- Fungicidas
- Herbicidas
EL PURÍN COMO BIOFERTILIZANTE
En relación con su valor fertilizante, tan sólo se pueden dar cifras muy generales debido a su heterogeneidad. Registran un contenido en cenizas del 24 al 50% de la muestra seca; el nitrógeno excretado se considera que es un 20% del ingerido en la dieta; con respecto al potasio, los animales eliminan con los orines el 90% del ingerido en forma de sales solubles, y con relación al fósforo, del 70 al 80% del fósforo del purín está constituido por compuestos minerales poco solubles, especialmente bajo la forma de fosfato de calcio. En general es conveniente equilibrar su composición mediante la adición de fosfatos naturales y caliza.
ESTABILIZACIÓN DE LOS PURINES
Los graves problemas ambientales y para la salud que origina el vertido de estos productos al medio, agua o suelo y el costo económico de la depuración de estos, hace que la “estabilización” de los purines para su uso agrícola sea la solución más razonable.
Esta “estabilización” se consigue mediante una fermentación aerobia de la mezcla, es decir, sometiendo al producto que estará recogido en una fosa a un enérgico “batido”, con el fin de introducirle aire. Con esto no sólo se consigue la homogeneidad de los elementos fertilizantes minerales y orgánicos contenidos en el purín, sino que también se asegura la disminución, a niveles aceptables, de la carga patógena y la oxidación de los compuestos responsable de los malos olores.
Después del proceso, el material estabilizado puede usarse eficazmente como fertilizante, incorporándose al suelo de igual manera que un fertilizante mineral equivalente, considerándose que al ser un líquido muy fermentable las pérdidas de nitrógeno en forma amoniacal pueden ser enormes y que debe aplicarse en concentraciones moderadas y a diluciones adecuadas de 1:10 a 1:20 según la capacidad del suelo para incorporarlo y metabolizarlo ventajosamente. Para su aplicación se tiene en cuenta que siendo el nitrógeno el elemento dinámico de la fertilización, se tomará como dosis máxima la calculada para proveer del nitrógeno necesario.
APLICACIÓN DEL PURÍN COMO MATERIA ORGÁNICA
Se debe evitar su distribución sobre suelos saturados de agua, así como sobre terrenos con fuerte pendiente, muy permeables, muy ligeros o con una capa freática muy superficial, también hay que evitar su distribución en tiempo lluvioso o con posibilidad de lluvia; excluir su aporte en productos hortícolas para consumo en crudo; distanciar su aplicación lo más posible del corte o pastoreo de la pradera y evitar dejar el suelo mucho tiempo “desnudo” tras su aplicación.
Todas estas recomendaciones están encaminadas a evitar las pérdidas de elementos minerales por lixiviación – mayores en los suelos arenosos que en los arcillosos -, la posible salinización del suelo – si las condiciones edáficas y climáticas son adversas – y el peligro que para la salud representaría una carga patógena – principalmente coliformes – en un purín mal manejado.
En resumen, se debe partir de un producto con buen manejo, con un aporte y distribución correctas, teniendo en cuenta las extracciones de los cultivos y el lugar que ocupan en la rotación.
Su aplicación agrícola, en el caso de cultivos anuales, se realiza antes de las siembras o en las primeras fases durante todo el año. Una vez distribuido, convienen enterrar superficialmente con un pase de grada o cultivador. El purín resulta útil para el riego de los montones de estiércol en “compostaje”.