ALTERNATIVAS PARA EL USO DE MATERIAS ORGÁNICAS
Históricamente, el uso de altas cantidades de estiércol animal ha sido reconocido como uno de los mejores métodos para la fertilización de los cultivos y para el mantenimiento de la productividad del suelo y de su materia orgánica. En efecto, por muchos siglos antes de la era de los fertilizantes comerciales; el estiércol animal constituía la más importante y, a menudo, la única fuente de nutrimento para la planta fuera de los suministrados por el propio suelo. Así se mantenía o incluso se mejoraba la fertilidad del suelo.
El estiércol es la mezcla de la cama de los animales y sus deyecciones sólidas y líquidas, que ha sufrido fermentaciones más o menos avanzadas en el establo y después en el estercolero. Básicamente está formado por materiales hidrocarbonados, compuestos nitrogenados y una gran población microbiana.
El estiércol como materia orgánica es aquel material que se maneja y almacena como sólido, mientras que los purines lo son líquidos.
Si el estiércol se mira con la óptica de un fertilizante y se compara con los fertilizantes minerales convencionales, queda en franca desventaja y no es la consideración que debe hacerse, puesto que su enfoque en una agricultura racional es la utilización de las dos fuentes, haciendo un aprovechamiento máximo de las dos.
PERDIDAS DE NUTRIENTES
El estiércol, desde que se produce hasta que es utilizado, puede sufrir pérdidas en el contenido de nutrimentos, que se clasifican así:
- Pérdidas gaseosas: El estiércol contiene elementos que pueden volatilizarse, por ello, si este material no se almacena en forma adecuada, se pierden. Estas pérdidas pueden alcanzar un 10% del nitrógeno.
- Pérdidas por lavado: El estiércol suele almacenarse al aire libre y, por lo tanto, al llover, el agua puede arrastrar los componentes nutritivos. Por esa vía se puede perder un 20% de nitrógeno, un 5% del fósforo y más del 35% del potasio.
- Pérdidas por infiltración: Estas pérdidas se producen cuando los líquidos del interior de la pila de estiércol pasan al suelo. Para que no se produzcan estas pérdidas, se sugiere que el estiércol se almacene sobre un piso duro, que se compacte y que se cubra para evitar el lavado por la lluvia.
El manejo comprende los pasos que sigue el estiércol desde el establo hasta su distribución en el campo. Si se mantiene constantes las demás variables, sería el manejo dado al estiércol el que marcaría la calidad agronómica del producto resultante. Un mal manejo se va a traducir fundamentalmente en:
- Pérdidas de elementos fertilizantes. Buena parte de las pérdidas en elementos minerales y orgánicos del estiércol están relacionados con temperatura, humedad y aireación por exceso o por defecto.
- Incorporación al suelo de un gran número de semillas de “malas hierbas”; que han sido predigeridas por los animales y se encuentran intactas en las deyecciones.
- Inoculación de ciertas poblaciones de microorganismos patógenos, presentes en las heces, tanto al suelo como en las aguas de riego o subterráneas.
- Fuente de sustancias tóxicas para los vegetales, por desequilibrios en la composición mineral; por reacciones unidas a estados de anaerobiosis locales, por una carga excesiva de metales pesados, etc.